Los empresarios del sector de librerías y papelerías de CLM muestran su pesar por la decisión de la consejería de educación, cultura y deportes de CLM, de ofertar licencias digitales gratuitas de libros de lectura obligatoria desde primaria a bachillerato.
Francisco Albillos, presidente de la asociación de libreros de la provincia de Toledo, y el coordinador de la asociación, Ernesto García, han participado junto con representantes de la Federación Regional de Empresarios de Papelerías y Librerías de Castilla-La Mancha, en una reunión de trabajo mediante videoconferencia con la consejera de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades, Rosa Ana Rodríguez, y la viceconsejera de Cultura y Deportes, Ana Vanesa Muñoz, tras conocer la noticia publicada en los medios de comunicación anunciando que, desde el mes de noviembre, el Gobierno regional va a ofrecer licencias digitales gratuitas para los libros de lectura obligatoria al alumnado de Primaria, Secundaria y Bachillerato.
La consejera confirmó que los centros educativos de la región podrán solicitar los títulos elegidos y la Consejería adquirirá las licencias digitales de los mismos, que pondrá a disposición de los alumnos y alumnas a través de eBiblio para su préstamo temporal.
Esta decisión vendrá a agravar la difícil situación que están atravesando las librerías de la región, con motivo de la pandemia, por el proceso de digitalización y la competencia de las editoriales. Las librerías de Castilla-La Mancha han reducido su número sustancialmente en los últimos años, algunas de ellas con más de 40 años de antigüedad, pasando de 1500 en el año 2008, a unas 300 a día de hoy, y han tenido que complementar sus ingresos vendiendo otro tipo de productos, además de los libros, para poder subsistir.
La consejera se ha brindado a colaborar con el sector y poner en marcha campañas para fomentar la cultura a través de la lectura, para potenciar a las librerías.
La Federación Regional de Empresarios de Papelerías y Librerías de Castilla-La Mancha cree que se deben crear canales de comunicación más fluidos y acercar posturas entre los profesionales y la administración y al mismo tiempo, destacar el valor añadido que aportan las librerías y consolidarlas como agentes de cultura.